viernes, 29 de octubre de 2010

Aprendiendo.

Hoy he rememorado tiempos pasados, he recordado momentos vividos con estrés y miedos, pero con muchas ganas y emoción, todo gracias a esta mañana, cuando he llegado al hospital y he acabado en el servicio de UCI de cirugía cardíaca y me han asignado el box que me tocaba llevar. Y yo entro como todas las mañanas, ahí donde me pongan, con todas mis ganas y el sueño que arrastro a primera hora, pero siempre contenta y dispuesta a aprender algo nuevo o a tener una mano que coger o una palabra que decir. Y empiezo revisando mi box, los dos pacientes que llevo, las medicaciones, las gráficas del día anterior, y mientras estoy enfrascada en las tareas de la primera hora, escucho una vocecilla a mi espalda que me saluda y me dice que hoy está conmigo.
Y al girarme me encuentro a una chica que me mira, nerviosa, sujetando una libretita entre las manos, la nueva estudiante de prácticas, que lleva sólo tres días en el hospital y que se encuentra como un pez de pecera de repente arrojado a la inmensidad del mar, con agua salada, demasiado espacio y depredadores varios que no dejan de acechar y parecen vigilar continuamente cada movimiento; y en ese instante, mi cabeza hace una ligera regresión para recordarme ese momento en el que yo viví esa situación y me encontré igual, con la sensación de asfixia, los miedos y las ganas que son las que, en el fondo, te hacer seguir adelante y aprender. Y es que esos días en los que empiezas es como un aterrizaje forzoso donde parece que nadie te hace caso, y la jungla hospitalaria te absorbe, te contagia de esa locura mágica en la que acabas aprendiendo en muchas ocasiones a base de golpes, pero que sin embargo, es capaz de mostrarte al mismo tiempo su cara más dulce.
La mañana de hoy, por tanto, ha resultado ser más docente que otra cosa, y he podido disfrutar de volver a repasar trabajos, conceptos, definiciones… y lo mejor de todo, revivir ese momento en el que estás a punto de cumplir un sueño, porque en la ilusión de los ojos de mi estudiante he logrado ver el reflejo de mí misma.

2 comentarios:

  1. No hace mucho que dejé de ser estudiante, así que se perfectamente de lo que hablas. Han sido pocas las veces, pero en ocasiones me he sentido abandonada por mis tutores enfermeros (que han sido muchísimos, imagínate)y, por mi parte, espero estar a disposición de los estudiantes y enseñarles humildemente lo que sepa a todo el que muestre interés y ganas. Un saludo y sigue con esa empatía ;)

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  2. Hola Ana! Es verdad que la etapa en la que estás de prácticas es durilla, yo también la recuerdo muy bien, tienes muchas sensaciones y hay momentos en los que piensas... pero dónde me estoy metiendo?? Pero se aprende mucho y vale la pena, y ya verás cuando tengas estudiantes! A mí me hace mucha gracia y me siento siempre con muchas ganas de explicar cosas, a veces hasta me pasooooo!!! Pero es que cuando hay vocación...
    Un besazo!

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