miércoles, 25 de mayo de 2011

Wendy...

Hace tiempo que estoy medio desconectada de este mundo virtual… No porque no recuerde la blogosfera, no porque la haya utilizado para vomitar sentimientos o haya pretendido encontrar aquí esa válvula de escape que tanto se necesita a veces… Es curioso cómo he cambiado durante este tiempo… Me pregunto si realmente he evolucionado, si me he estancado, si simplemente he dejado de ser yo para convertirme en algo parecido a lo que he querido ser siempre, y es que han sido malos tiempos, han sido y son aún a veces, porque hay cosas de las que cuesta demasiado desprenderse, tantas cosas… A veces no basta sólo con desearlo, es simplemente ajeno a uno mismo, a veces siento que me empeño en despojarme de Wendy y lanzarla donde ya nunca más pueda verla, como si me molestara, como si tan solo fuera un disfraz; no sé si soy consciente de que Wendy y yo somos una, de que el amor una vez me moldeó de tal manera que me dio la forma de esa niña de cuento, me convirtió en esa chica ilusa que está demasiado enamorada como para darse cuenta de que Peter Pan es sólo una ilusión… Ains… Peter Pan… Si él supiera cuántas cosas ha conseguido despertar en mí… si supiera que me he pasado tantas noches imaginándonos siempre juntos… si supiera cuánto ha significado para mí cada minuto compartido, cada palabra, cada roce, cada abrazo, cada mirada… Siento que una parte de mí le querrá siempre, que nos perteneceremos el uno al otro a pesar del tiempo que pase, de las lluvias que caigan, de los mares que consigan ahogarnos, siempre existirá un vínculo, una unión única entre su alma y la mía, un amanecer juntos que permanecerá impregnando nuestra memoria de vez en cuando, consiguiendo que no nos olvidemos nunca… Me da escalofríos imaginar ese momento… lo pienso a menudo, ahora que estoy despojada y triste, más lejos de Wendy que nunca, lo pienso y no sé si quiero saber qué ocurrirá ese día si de verdad ocurre, si conseguimos olvidarnos… lo conseguiremos? Lo conseguiré? No quiero seguir pegada al cristal de la ventana, esta vez no, esta vez me siento bien, por fin he conseguido salir a la calle y dejarme rozar por la brisa fresca, liberando de mí esa capa de polvo que había acumulado después de estar esperándolo tanto y tanto tiempo… Los días y los meses han sido pequeños castigos, punzadas en el corazón, lágrimas nocturnas en las noches de soledad, los días simplemente han ido pasando ajenos a mí, a mis amaneceres, a mis tristezas, a mis luchas internas, las mismas pruebas de siempre, seguir viéndonos cada día sin vernos en realidad. Ahora estamos en ese punto extraño en el que somos invisibles el uno para el otro, nos vemos sin mirarnos, nos ignoramos, y a pesar de todo el daño causado, a pesar de saber que ya no hay ninguna opción, es tan difícil… tan costoso… tan duro… Me siento extraña, un tanto liberada ya que Wendy me oprimía demasiado y no me dejaba respirar, pero no estoy bien, sí que he mejorado pero las porciones de tiempo que tenemos que compartir el mismo espacio me alejan de mí nuevamente y me arrastran, quieren arrastrarme, de nuevo hasta un Nunca Jamás que se ha quedado desolado. Si alguna vez existió, si hubo un momento en el que fuimos felices juntos, ya no existe, ha desaparecido, es tan solo una ilusión que sigo empeñándome de tanto en tanto en sacar del cajón…
No quiero desaparecer ahora que he conseguido volver a ser un poco yo. Quiero volar, quiero abrir las alas y gritar que puedo sobrevivir sin su cariño, que soy una mujer fuerte, libre, llena de tantas cosas que compartir y ofrecer…
Una ruptura siempre duele, siempre deja secuelas, cicatrices, señales en el corazón, el alma turbia durante un tiempo, pero poco a poco sé que conseguiré estar mejor, y cada día me descubriré sonriendo, dándome cuenta de que ha ocupado menos tiempo en mis pensamientos, poco a poco lo iré dejando ir, le permitiré volar donde quiera que él desee, pero lejos, siempre lejos de mí, donde ya no pueda hacerme daño, donde ya no quede ni rastro de Wendy…
Quiero volver a ser yo, ser feliz…
Gracias a todos los que me habéis leído durante este tiempo, a los que habéis sentido mi dolor, a aquellos que sólo pasaron y se fueron, a los que se quedaron y compartieron unas palabras conmigo, a los que nunca han dicho nada… quien sabe, tal vez haya sido una válvula de escape para alguien también.
No me voy, no es una despedida, Wendy se queda aunque de otra forma, Wendy siempre formará parte de mí, porque la quiero tanto, le quiero tanto que aunque siga doliendo, sé que prefiero guardarme su presencia para, de tanto en tanto, encerrarme en mí misma y volver a sentir, aunque sólo sea por un segundo, el calor de un beso, el recuerdo de sus ojos mirándome, el amor que siempre vivirá en mí… Te quiero Peter Pan, vuela…
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