martes, 23 de noviembre de 2010

Corazones de cristal.

Fragilidad entre algodones, míseros momentos que luchan por romper el corazón de cristal que habita en mi pecho, que se empeña en latir mientras la sangre fluye entre sus cuatro cavidades llenando con cada ciclo cardiaco mi cuerpo de ese líquido viscoso que me oxigena. Siento mi fragilidad dura como una piedra, en la que los golpes apenas hacen pequeños rasguños, mi fragilidad envuelta en caricias que llenan los rincones olvidados, y tal vez sea por eso que mi corazón de cristal se haya convertido en un simple músculo que hace su función mientras se endurece cuando ve que los algodones que lo rodean están cada vez más descoloridos.

2 comentarios:

  1. La fragilidad a veces pesa y otra se manifiesta sin darnos cuenta.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Cierto, igual que hay fragilidades puras y otras ocultas tras muros de hormigón...
    Un saludo!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...