viernes, 12 de noviembre de 2010

Treinta y dos.

Hoy me paro a mirar a mi alrededor, dedico un tiempo a observar la imagen que me devuelve el espejo, sonrío ante él, me acerco mientras busco imperfecciones, nuevos cambios, alguna que otra cana suelta ya entre el pelo rubio, y es que no me doy cuenta y los años van pasando, y aunque me siento igual, joven, estupenda, no puedo negar que da un poco de miedo pararse a pensar en la velocidad con la que las hojas del calendario se pierden en el vacío y no dejan rastro… El tiempo pasa muy deprisa, los años no perdonan, y parece que estoy igual pero ya no aguanto si trasnocho mucho y ya necesito dormir mis horas, será verdad eso de que me estoy haciendo mayor a la velocidad de la luz, o tal vez al paso de un caracol, no lo sé. Tengo treinta y dos y me parecen tantos y a la vez tan pocos…

2 comentarios:

  1. Los mejores años, sí señor! No volvería atrás, aunque tampoco subiría muchos más si pudiera!
    Un beso!

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