No sé por qué sigo fracasando una y otra vez… Hoy me siento triste, derrotada, como si llevara una piedra enorme atada al cuello y me arrojaran al mar… Hoy me falta el aire, tengo un nudo en la garganta que me asfixia, no sé si es porque me siento sola, porque tengo miedo, porque me doy cuenta de que nadie está ahí en los momentos importantes, porque cuando tengo un problema nada importa, sólo yo, porque a nadie le importa cómo esté o lo que pueda necesitar… Y vuelvo a lo mismo, a cuando sólo he necesitado un abrazo y no he obtenido respuesta, otra vez así, otra vez dolor, otra vez el abandono… Sé que no le quiero, que nuestra historia es como una goma que se tensa demasiado y yo sigo tirando de ella a veces, tiro tanto que él la suelta de repente y me golpea en la cara, me deja magullada, herida, dolorida y tirada en el suelo mientras sólo tengo ganas de llorar… Otra vez me siento vulnerable, otra vez soy una loba que huye, que no es capaz de afrontar su verdadero yo, que se esconde en cualquier lugar oscuro, que escapa de todo, que se ha acostumbrado a que nadie la quiera.
Hoy tengo más tristeza acumulada que nunca, será porque quema demasiado la ignorancia, la indiferencia, la agonía de sentirme ridícula, inútil, maltrecha… Sólo lloro para mí, en mi soledad, en mi rincón, donde nadie puede verme u oírme, donde nadie tenga la estúpida tentación de consolarme, otra vez el orgullo que me obliga a levantar la cabeza mientras me seco las lágrimas para enfrentarme al mundo otra vez.
Quisiera irme a dormir esta noche y quedarme en la cama durante semanas, meses, años… y volver algún día a la realidad cuando ya todo se haya borrado, cuando el tiempo no exista y los problemas se hayan teñido de otro color. Quisiera desaparecer y esconderme, no ser yo, ser capaz de dejarlo todo, de correr hacia otro horizonte, de olvidar que no estoy bien, que los malos tragos que paso sola son pequeñas heridas incurables, pequeñas grietas en mi corazón, grietas imposibles de reparar, demasiado profundas, absurdas… Está claro que los malos tragos los tengo que acabar pasando yo sola, porque ni siquiera mendigando puedo obtener un abrazo de esa persona que era especial para mí, y hablo en pasado porque el dolor que siento es tan agudo, tanto, que se confunde con la esencia, con la magia, con el sentimiento que le he profesado siempre.
Él no me quiere, me hace daño de forma intencionada, me va destruyendo poco a poco para reconstruir después los pedazos que quedan de mí, simple entretenimiento para acabar conmigo después, y ya no sé si quedan retales que unir, ya no queda nada, sólo dolor, vacío, un paraje seco, sin vida, no hay nada… Porque el lugar que deja el dolor es mínimo, lo ocupa todo, lo transforma, enmascara los buenos momentos y de tanto en tanto fluye, cuando estoy sola, fluye de mí y me libera en parte.
Hoy estoy más triste que nunca, hoy quisiera perderme, dejar de ser yo, dejar de ser…