Hoy me he sentido tan extraña cuando él se ha sentado a mi lado, me ha sonreído y me ha enseñado una foto de su hijo... Me he emocionado, está precioso, tiene ya casi siete meses y está enorme, es igual que su padre, tiene una sonrisa pícara y unos ojos muy vivos. Ha empezado a enseñarme fotos, a contarme cosas del peque y yo he empezado a sentir ese pequeño nudo que a veces se forma en la garganta o en la boca del estómago. Recuerdo cuando nació, era una bolita rosa, de pelo negro y ojos alertas, me pareció encantador y sólo tenía ganas de cogerlo, y ahora lo veo y siento que el tiempo se paró justo cuando nació y podía tenerlo en brazos cuanto quisiera.
La verdad es que es extraño, porque a pesar de estar trabajando juntos últimamente, hay una barrera entre nosotros, me cuesta mirarlo sin ver más allá, considerarlo tan solo como un compañero más cuando sólo tengo ganas de decirle que me alegro de que no haya cambiado apenas nada. Él, el padre de la criatura, el hermano de Peter Pan, al principio estaba raro conmigo, cuando la historia se rompió quedaron tan solo sensaciones extrañas, un muro infranqueable, una tensión que no tenía pinta de resolverse, pero el tiempo parece ser sabio y acaba normalizando todas las situaciones, y sí, aunque al principio era como una losa sobre mis hombros, ahora parece diferente, como si nunca hubiera estado con él y nuestra historia se hubiera olvidado para siempre…
No es fácil trabajar bajo el mismo techo, aunque sea un techo muy grande y las posibilidades de encontrarnos sean mínimas, y no ha sido fácil para mí estos días trabajar con su hermano, es raro, sí, y sigue existiendo el tabú de nuestra historia, como si no pudiéramos hablar de lo que ha pasado entre Peter Pan y yo, sólo olvido y una tensión que poco a poco va disminuyendo por suerte, y ver crecer a un niño que vino al mundo con toda nuestra ilusión cuando estábamos juntos… En fin, así es la vida, ver al pequeño sólo en foto es triste, mucho, porque ya no puedo disfrutar de ese “sobrino” que me duró tan poco, tristeza y cansancio que siguen pesando aunque, por suerte, el tiempo y otras historias sobrevuelan todo este cúmulo de despropósitos…